Científicos de EEUU han descubierto que las fricciones que se producen en la capa de hielo de Encélado son las que generan el vapor que emana como un géiser a través de varias fallas en la superficie del polo sur de esta pequeña y gélida luna de Saturno.
Este hallazgo, al que la revista científica británica "Nature" dedica dos artículos en su último número, logra dar sentido a las columnas de gas que la sonda Cassini, enviada al espacio en 1997 por la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial de Italia, descubrió hace dos años.
En esos géiseres, el espectrómetro de Cassini detectó la presencia de agua líquida y hielo, así como de pequeñas cantidades de nitrógeno, metano, dióxido de carbono, propano y acetileno, que emanan a la superficie, cuya temperatura es de 200 grados centígrados bajo cero.
Según lo descubierto ahora por los científicos, estos compuestos gaseosos escaparían gracias a la energía derivada de la fricción del hielo a través de unas fallas que, con un mecanismo parecido al de un acordeón, se abrirían y cerrarían por el influjo de las fuerzas de marea de Saturno.
"El vapor producido por esta energía escapa en forma de columna de gas a través de las grietas que se abren por la presión de la marea (de Saturno). El grosor de la corteza de hielo necesario para generar el flujo energético observado debe ser de por lo menos 5 kilómetros", aseguran los científicos.
Esa influencia de Saturno sobre sus siete lunas está detrás del continuo abrir y cerrar de las hendiduras en la superficie helada de Encélado y de la fricción en el hielo de este satélite que genera la energía necesaria para que se produzcan sus géiseres.
"Las fallas pasan casi la mitad del tiempo que dura una órbita completa en tensión, lo que permite que el suelo se abra y se liberen las erupciones. En un proceso complementario, esa tensión sobre las fallas produce la energía necesaria para que se produzcan las emanaciones", explican los expertos.
La actividad de los géiseres, prevén los investigadores, variará con el tiempo, lo que afectará a la inyección de materiales y, en consecuencia, a la formación, evolución y estructura del anillo E de Saturno, por cuyo interior orbita Encélado a 237.948 kilómetros del centro del planeta.
El anillo E de Saturno, que se extiende desde 180.000 a 480.000 kilómetros del centro del planeta, se nutre principalmente de las partículas que escapan de la atmósfera de Encélado por la gran velocidad a la que se mueven.
Según la NASA, Encélado se formó hace unos 4.500 millones de años como resultado de la mezcla de hielo y rocas que contenían isótopos radiactivos de aluminio y hierro.
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