lunes, 9 de junio de 2008

Esa Pequeña Maravilla Mecánica


Es UNA MAQUINA que desarrolla una potencia de 0.00000001 hp. Su construcción requiere hasta 3500 diferentes operaciones que se realizan a tolerancias de hasta 0.001 milímetro, o sea 1/50 del espesor de un cabello humano. Sus piezas móviles efectúan un recorrido de casi 145,000 kilómetros en un cuarto de siglo.
Esa máquina es su reloj, ese sorprendente y pequeño mecanismo que lleva usted puesto en la muñeca. Todos los años se venden más de 35 millones de ellos. Puede usted pagar el equivalente de 25 a 2500 U.S. dólares por lo que es esencialmente el mismo mecanismo básico, pero con un número variable de refinamientos especiales.
Los primeros relojes portátiles aparecieron en Europa hace unos 500 años. En aquellos tiempos, se llevaban en un bolsillo o se colgaban de una cadena suspendida del cuello. En el Siglo 16, la Reina Isabel se colgó un reloj en la muñeca, creando así lo que se cree ser el primer reloj pulsera del mundo. La idea no se propagó entre los hombres, sin embargo, por considerarse como un toque afeminado.

En la Primera Guerra Mundial, la necesidad cambió el curso de la historia del reloj. Los oficiales que se preparaban para lanzar ataques de infantería descubrieron que era difícil extraer un voluminoso reloj de bolsillo oculto tras grandes cantidades de ropa y equipo mientras salían apresuradamente de una zanja llena de lodo. Comenzaron a fijarse los relojes a las muñecas -y así se inició la moda de los relojes de pulsera para hombres. Como nadie podía calificar a un soldado de infantería de afeminado, el nuevo estilo comenzó a popularizarse por doquier.
En sólo unos cuantos años, el reloj pulsera se ha transformado de una rareza algo voluminosa en una pieza mecánica de precisión tan pequeña y delgada que hasta hay un fabricante que instala el mecanismo completo dentro de una moneda de oro. Los relojes pulsera modernos cuentan con más de 25 piezas, siendo la más pequeña un tornillo roscado y muy pulido que tiene un diámetro de 0.004" (0.102 mm), tan diminuto que 50.000 de ellos cabrían dentro de un solo dedal.

El movimiento básico de un reloj consiste en tres mecanismos. El primero es el muelle real o motor. El segundo es el "tren de ruedas" -una serie de engranajes que reducen la rápida velocidad que necesita para el segundero a las velocidades menores que se requieren para el minutero y el horario. El tercero es el escape, un mecanismo de control que transmite la fuerza del muelle real a través del tren de engranajes a un índice preciso.
Sin el mecanismo de escape, los engranajes y las manecillas girarían hasta pararse rápidamente el muelle real. Este control consiste en la rueda de escape, la palanca o paleta de escape, el volante y el pelo o muelle delgado. Los dos diminutos dedos de la palanca de escape, una pieza con forma de horquilla que se mece de un lado a otro, permiten que la rueda de escape avance un diente con cada oscilación del volante. Es éste el tic-tac que produce su reloj.
El volante oscila cinco veces por segundo -432.000 veces al día, 157,680.000 veces al año. La rueda de escape transmite la presión del muelle real a la palanca de escape. Esto empuja al volante, estirando al pelo, el cual vuelve a hacer oscilar al volante, a razón de cinco veces por segundo.

¿Qué significaban las piedras en un reloj pulsera? Originalmente se usaban piedras naturales, pero sólo en los relojes más finos. Pero ahora hay disponibles zafiros y rubíes sintéticos de poco costo. La causa de la inexactitud de un reloj es el desgaste causado por la fricción. Debido a su dureza, las piedras son ideales como cojinetes para los puntos de mayor desgaste -los puntos donde giran los pivotes de las ruedas o engranajes.
¿Cuántas piedras debe tener un reloj? El número comúnmente usado varía de siete a 23. Para una buena protección contra el desgaste, el reloj pulsera convencional debe tener por lo menos 17 - 10 para los cinco engranajes principales, dos para los diminutos dedos de la palanca de escape y el resto en otras partes del escape. En los relojes con sólo siete piedras, éstas se hallan instaladas en el escape -el mecanismo más crítico de todos -pero no existen en el tren de engranajes o ruedas. Además de las 17 piedras básicas, algunos relojes hasta las tienen dobles que se instalan sobre los cojinetes para impedir la entrada del polvo y la salida del aceite.

De nada sirve usar más de 22 ó 23 piedras, excepto en algunas piezas de tipo especial. En el pasado, algunos joyeros instalaban algunas piedras adicionales que no cumplían ningún fin; lo hacían sólo para impresionar al comprador. Las leyes suizas y norteamericanas prohíben esto ahora; sólo se puede dar a conocer el número real de piedras funcionales en un reloj.

No todos los relojeros se hallan de acuerdo con la necesidad de usar piedras. La Timex, productora principal de relojes desprovistos de piedras y con un gran número de clientes satisfechos, alega que el buen diseño es más importante para la duración de un reloj que el uso de piedras solamente. Además, un reloj que cuesta 25 dólares y que funciona bien durante 5 a 10 años no tiene que durar una vida entera para justificar su precio. Puede ser una excelente inversión por lo que paga uno por él.

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